28 ene 2017

Castigos: Entre el placer y el justo pago.

Estimadas Señoras AmaLactea y Ama Blanca, amada Ama Megan L.J., me tomo la libertad de volver a requerir de su experiencia y consejos en otra pregunta para su consultorio.

En mi condición de sumiso activo me he planteado en más de una ocasión hasta qué punto el castigo físico es o puede ser considerado en una relación como elemento más en el juego del placer o como justo "pago" por parte de la Domina por una falta de su esclavo, y hasta que punto debe el Ama llegar en su "castigo" al perro a sus pies.

Agradezco su atención y respuesta y les presento una vez más mis respetos.
Marcelo de Megan L.J.

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Marcelo, Marcelo... Ummmm.
No puedo responder con seriedad y profesionalidad imaginando como deseo castigarte por el simple hecho de gozarte, jejj... O incluso cuando mereces castigo, entonces no me proporciona placer.
Ocurre también a veces que el castigo psíquico es el único modo de que un hombre entienda que si no deja de cagarla se quedará compuesto y sin Ama. 

Es un elemento más dentro de la relación, lo sabes, y me gusta que lo preguntes. Pues muchas son las personas que confunden la sumisión con el masoquismo o la dominación con el sadismo.
Dentro del consensúo de la relación es importante que ambas partes expongan que opinan del tema. Que les gusta y que no. Y sobre todo mostrar abiertamente sus gustos y limites al respecto. Solo de ese modo los castigos físicos pueden entrar a formar parte del juego como un estimulo que lleve al placer para ambos. Pues en mi opinión creo que de algún modo una relación D/S requiere de ese juego de imponer y recibir también dolor físico. Saber transformar éste en algo más que una reacción negativa a nuestra percepción, y convertirlo en algo positivo y placentero. Eso en lo que a castigo físico se refiere.

Es importante para un Ama que conozca la capacidad y expectativas de su Sumiso con relación al dolor, sobre todo si decide usarlo para castigar a éste o como humillación. Sería absurdo castigar físicamente a un sumiso si él encuentra placer en ello. 
Para el castigo de corrección, desde mi punto de vista es mejor el uso de la imposición psicológica, conocer los deseos del sumiso, sus expectativas, y en cuestión abortarlo sin titubeos. Por poner un ejemplo, que sirva de barómetro a otros, a veces un castigo es algo tan sencillo como lo que nos ocurrió hace unos días. Es importante ser comedido en los castigos y no excederse en ellos. Pero ejecutarlo cuando se crean necesarios en fidelidad a nuestros propios principios como Amas.
Hace unos días me dejaste esperando mi mensaje de buenos días, entendí que el ritmo de tu mañana y tus obligaciones podían justificar en parte tu ausencia. Pero los dos sabíamos que no era suficiente, así que yo te castigué negándote una llamada más tarde cuando tenia mi tiempo y mi disponibilidad para ti y tú lo deseabas. Y así te lo hice saber. De ese modo tendrás en cuenta que cada vez que faltes a tus obligaciones conmigo, mi respuesta será en esa linea. Sin contar con que si son repetitivas tomaré medidas más drásticas.

Y espero con ello responder en plan general al "punto" que consultas como limite de castigo del Ama para llevar a su perro a sus pies. Depende de la docilidad del sumiso y de lo que el Ama entienda como útil para su satisfacción propia y buen método de disciplina para su perro. Tanto físico o impartiendo castigo psicológico. Como toda disciplina impartida, también ocasionalmente surgen individuos no actos para el aprendizaje y es ahí donde el Ama tendrá la ultima palabra para decidir si seguir impartiendo disciplina o simplemente cambiar de sumiso.
Megan L.J.

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Bienvenido de nuevo, Marcelo.
Existe una gran diferencia entre castigo por placer y pago por una falta y la diferencia reside precisamente en eso: el castigo como justo pago no provoca placer y es más duro que el castigo por placer propiamente dicho. Eso no quiere decir que un castigo "de verdad" deba ser tan duro como para marcar de una forma irreparable a la otra persona ni de manera física ni moral.
Para empezar te diré que no soy muy dada a ese tipo de castigos y que, cuando lo hago, es para rectificar la conducta de un sumiso que se está desviando; algo así como unos padres castigando al niño para enseñarle que ha hecho mal: una cosa fastidiosa pero que el sumiso siempre tenga claro que su Ama lo aprecia como siempre y que solo lo hace para moldearlo como ella quiere. Como ejemplo puedo poner el tema de los azotes: no es lo mismo azotar a un sumiso para buscar el umbral entre el placer y el dolor para no rebasar la frontera que los separa y así provocar un placer intenso e imaginable, que azotar a un sumiso como reprimenda por no haber ejecutado correctamente una orden nuestra, donde sí se va a buscar provocar dolor (no en exceso pero si lo suficientemente duro como para tener que apretar los dientes y resoplar).
Por supuesto, en cualquiera de los dos casos, no se debe nunca olvidar del aftercare, pero sobre todo cuando el castigo se ha ejecutado como justo pago por un error cometido. En el ejemplo de nuestro sumiso azotado, para proceder de manera correcta, el Ama debería premiar su estoicismo con una toalla impregnada en agua fresca para limpiar la zona y refrescarla, para luego acabar con una crema calmante a base de arnica, por ejemplo; y muchos mimos para que él sepa que, a pesar de sus fallos, seguimos apreciando su entrega.
También advertir de los castigos psicológicos. No dejan huella y es más difícil reparar el daño. Yo, ya poco dada a castigar (será que mi sumiso es muy obediente), si tengo que elegir un método, prefiero el físico. Creo que unos azotes hacen menos daño que un sepulcral silencio o la dañina indiferencia.
Espero haber aclarado tus dudas.



AmaLactea



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Querido Marcelo,
en mi opinión es decisión del Ama utilizar el dolor según sus preferencias y criterio. Pero también es trabajo del Ama valorar a su sumiso, su umbral del dolor y en su caso excitación que éste provoca. Y también es trabajo del Ama elegir al tipo de sumiso que satisfaga su vena sádica en caso de que la tenga o a un sumiso más servicial que masoquista si ella no disfruta infringiendo dolor y lo va a usar como correctivo. También es trabajo del Ama romper de la forma más adecuada los límites y tabús de sus sumisos para llevarles al punto que a Ella le excite o divierta. Como ves mucho trabajo para la que manda.
Siempre me he planteado la formación de sumisos como un trabajo, cuya recompensa y disfrute compensa con creces el tiempo y esfuerzo empleado, cuando llegas a ese punto en que tu sumiso está moldeado según tus vicios, perversiones y caprichos particulares. Aunque tengo que confesar que también disfruto mucho en el camino. Me encanta mi "trabajo".
Pero en concreto, el uso del dolor como premio o correctivo depende del las particularidades sexuales del sumiso y de su Ama.

Ama Blanca.



(*) Agradecemos la foto cedida a Miss Ivy, si quieres conocerla pincha aqui.













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